E n cada madrugada escucho los silencios disponibles, la música de los gatos, la danza del viento, los viejos recuerdos que amarillean para convertirse en sueños, donde siempre apareces en forma de silueta, que anuncia tu desnudez, evasiva, dispuesta a huir sin darme tu nombre. Y mientras me acerco, despacio, ojeando los alrededores, flotando en un mar graso y negro, mis amigos, divertidos, corren atraídos por la Ciudad Santa, cuando la tormenta de nubes rojas nos sorprende, empapándonos de sangre. Dudo y tú te alejas sin dejar estelas que me lleven hasta tí en medio de la neblina luminosa. Huelo tu presencia, dudo, ¿ muerte o libertad? no sé quién eres, quizá ambas cosas.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!