Olvidé el murmullo de las olas, la lenta agonía de los sueños, el vértigo del amanecer. Olvidé arrancarme el cordón umbilical que me encadena a la vida y renuncia a la conquista del vuelo. Olvidé tantas cosas… y tantas otras que nunca imaginé, ahora, cuando regreso a la casa y las puertas ya están cerradas, y las ventanas colgadas de la tarde, y los platos vacíos sobre la mesa. Olvidé despedirme y mirarme al espejo y ya no sé quién soy. Sin darme cuenta me fui alejando de mí. Y, ahora, cuando ya no soy, sin darme cuenta… olvidé los fantasmas que deambulan por la casa sin saber a dónde ir.
Este blog es un parto prematuro en el que el autor aún anda aprendiendo a cambiar pañales. A modo de incubadadora, solo pretendo que éste sea un lugar cálido y acogedor donde lo más importante sea compartir y aprender para seguir creciendo. ¡Bienvenidos!